El auge del outsourcing tecnológico
Las necesidades de las empresas, en lo que a tecnología y comunicación (TIC) se refiere, están cambiando cada vez más deprisa. No en vano, lo que ayer era puntero, hoy ya está desfasado en el campo de las TIC. Además, los presupuestos cada vez más ajustados de las empresas y la necesidad de pagar solo por lo necesario están transformando por completo el panorama de este tipo de outsourcing. En este contexto, el cloud computing está pegando fuerte en el ámbito de la externalización.
Muchas empresas recurren a terceros que les suministren servicios y mejoren sus recursos tecnológicos, las razones son sencillas: a estas alturas, es necesaria una amplia especialización técnica para dotar de servicios de calidad a cada compañía, además de una inversión debidamente ajustada a la coyuntura económica actual. Lo que hasta ahora eran grandes inversiones en propiedad se ha transformado en proyectos más pequeños, con infraestructuras compartidas y, en la medida de lo posible, virtuales.
En este entorno, el cloud computing ha llegado para quedarse y las consultoras externas, junto con los proveedores, son los encargados de hacerlo realidad, conocer el negocio de cada compañía y especializar sus procesos, sin renunciar a las economías de escala, es uno de los caballos de batalla del nuevo escenario.
El listado de ventajas de este tipo de externalización no termina en la reducción de costos o en el acceso a las tecnologías más avanzadas, confiar en un especialista conlleva también sinergias externas e internas, entre empresas de un mismo grupo, por ejemplo; recursos informáticos adaptables a los picos de demanda, o la transformación de la inversión en un gasto corriente. La externalización ayuda en los procesos de toma de decisiones de cualquier compañía. Otros expertos apuntan además que este tipo de outsourcing resulta vital para lograr flexibilidad y velocidad a la hora de lanzar nuevos productos.
A pesar de las ventajas, el cloud computing externo trae consigo la desconfianza de algunos clientes en materia de seguridad y, por ello, es necesario que se otorguen las garantías necesarias a la hora de delegar funciones.
A los servicios en la nube se unen, además, otras dos tendencias en el ámbito de la externalización: el offshoring, es decir, la deslocalización de los recursos tecnológicos, y el rightsizing, otro término en inglés que se refiere a la reducción de los procesos productivos con el objetivo de mejorar la eficiencia de las empresas.
Se cree que el auge en la deslocalización de los servicios tecnológicos se debe al "crecimiento de países emergentes donde la mayoría de las compañías del sector han realizado ya inversiones importantes para establecer sus factorías". Y todo esto, a pesar de que la tendencia general en el outsourcing es justamente la contraria: según un reciente estudio realizado en 2010 las compañías prefirieron externalizar servicios pero cerca de casa.
FUENTE: CincoDías.com